Rosa Cruchaga de Walker Nació en Santiago de Chile, en 1931. Hija de Raquel Montes García Huidobro y Alberto Cruchaga Ossa. Sus padres se casaron en 1913. Rosita, como a sus familiares les gusta llamarla, se casó en 1954 con Patricio Walker Piñeiro y tuvieron cinco hijos: Patricio, Jerónimo, Rosa María, Bernarda y Pablo. Su educación básica y media la hizo en el Colegio del Sagrado Corazón (Monjas Inglesas) de Santiago y dos años en USA, en el High School de New. York. Como se acostumbraba en la época los estudiantes de humanidades de colegios particulares, no rendían exámenes válidos, simplemente pasaban al siguiente curso o se retiraban del colegio. Desde su adolescencia, y con mucho esfuerzo, siempre hizo clases de religión, en colegios públicos. Esto le trajo no pocas veces dificultades mayores, con los apoderados de alumnos de otras religiones. Ya casada y con varios hijos, sin abandonar sus clases de religión en colegios, (para lo cual debió rendir exámenes especiales en la escuela Normal de Angol, en 1957), publicando libros de poemas, participando en encuentros de escritores y en recitales, concediendo entrevistas, escribiendo para la prensa nacional, y manteniendo siempre contactos con sus profesores, sus amigos escritores, críticos literarios e intelectuales, resolvió ingresar a la universidad para perfeccionar sus conocimientos. Aconsejada por sus amigos se interesó por Pedagogía en Castellano, deseaba, de preferencia, estudiar en la Escuela de Educación de la Universidad Católica de Chile. El nuevo desafío comenzó con la necesidad de rendir oficialmente exámenes válidos, por los seis años de humanidades, los que no tenía, rendir además la prueba de bachillerato del área escogida. Aceptó el desafío, venció todos los obstáculos, hizo lo necesario, rindió la prueba de bachillerato, recibió finalmente su licencia secundaria en 1967 y fue admitida en 1970 cuando ya tenía 39 años, como alumna regular en la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En marzo de 1969 fue nominada por el Presidente de la República, conjuntamente con Radomiro Tomic, para preparar un programa para destacar la personalidad y difundir la obra de Gabriela Mistral. De esa época, recuerda con mucho afecto, la bienvenida que le dio Pablo Neruda, cuando ella lo visitó en Isla Negra, para recibir el Prólogo que él había preparado para su libro Raudal, publicado en 1970, con los brazos abiertos, la recibe diciéndole “Rosa, te he esperado diez años….” Al término de sus estudios, y con una memoria sobre la obra de Juan Carlos Onetti, obtuvo, el titulo (Promoción 1983), de Profesora de Castellano, actividad que jamás ejerció. Continuó con lo que la apasionaba, sus trabajos de catequesis y habiendo sido además, incorporada a la Academia Chilena de la Lengua, en 1984, como la primera mujer en lograrlo, se dedicó intensamente a ambas actividades. Su trabajo como catequista lo realizó en el Colegio Manuel de Salas en Ñuñoa, hasta que jubiló en 1995. Ha publicado más de una docena y media de libros y separatas, un cuento (“La Piragua”) y numerosos artículos de prensa, a la mayoría de cuyos textos se puede acceder fácilmente por el sitio WEB. Esta recopilación Incluye lecturas de poemas por el poeta Miguel Arteche, fallecido recientemente y de algunos por ella misma. Memoria Chilena de la Biblioteca Nacional mantiene y pone a disposición de los interesados, algunas de sus obras principales. Durante los 3 años que la familia vivió en Concepción entre 1957 y 1960, mantuvo una estrecha relación con profesores de Castellano de la Universidad de Concepción, como ocurrió con Alfredo Lefebvre y Andrés Gallardo y gracias a los buenos amigos de los que se rodeó allí, fue posible que el pintor chileno Claudio Bravo le realizara el excelente cuadro al óleo que le hizo. Roberto Escobar Budge (1926 - 2009), filósofo y académico, compuso la cantata Salto del Laja, con letra de Gabriela Mistral, de Juan Ramón Jiménez y de Rosa Cruchaga, (el poema de esta última, Laguna Laja, es del libro "Después de tanto mar", página 59). Otro conocido músico chileno, Juan Amenábar Ruiz (1922-1999), compuso en 1989 un spiritual "I will pray", para voz y piano, con texto de Rosa Cruchaga. El poema "I will pray" o bien "Negro spiritual", está en la página 31 del libro Raudal. La letra de este poema, puede leerse en este sitio web, haciendo click aquí. Según publicaciones especializadas en música chilena contemporánea, son numerosas las presentaciones de trabajos de este compositor, algunas, con textos de Rosa Cruchaga. La familia debió salir de Chile en 1971 y vivió cinco años en Madrid, los que ella aprovechó para mantener contactos, especialmente con los miembros de la Real Academia Española de la Lengua, de la cual ahora era miembro por pertenecer a la Academia de Chile. Múltiples muestras de afecto le brindaron académicos, amigos y padres de alumnos compañeros de sus hijos en España, amistades que ha conservado hasta la fecha. A su regreso de España, después de jubilar del Liceo Manuel de Salas, la vida para ella ha consistido principalmente en apoyar en todas sus actividades a sus hijos y a sus 14 nietos y especialmente acompañando a los dos hijos sacerdotes, uno actualmente Párroco en Quilicura y el otro Jesuita recién nombrado Capellán del Hogar de Cristo y la querida nieta Paulita, novicia de Carmelitas Descalzas. Otros importantes amigos, chilenos con los que ha mantenido permanentemente contacto, enriqueciéndola por cierto, han sido: el escritor artista y periodista nortino Andrés Sabella (entre 1978 y 1988) quien la alegró con sus artículos en la prensa de Antofagasta y con sus encantadores dibujos (retratos), Gustavo Donoso, poeta y editor, y Héctor González, el académico, columnista y director del diario El Rancagüino de Rancagua. Santiago, agosto de 2012. |
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